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Ana’s Story

English:

Ana and her husband have worked at the same farm for the past five years. Ana’s husband recently suffered an accident that has left him unable to work. Now, Ana’s supervisor has begun touching her in ways that make her uncomfortable and insinuating that he can “take care of her.” When Ana asks him to stop, the supervisor informs her that her hours will be drastically reduced until she is willing to cooperate. Ana does not know what to do.

Retaliation is one of the leading concerns of farmworker women who experience sexual harassment. For individuals like Ana, and other farmworker women, retaliation may differ from other professions due to their heightened vulnerabilites. Farmworker women often suffer retaliation in forms of reduced work hours, worse job assignments, or being fired altogether. 

Given that farmworkers’ average income is only $20,000 – $24,999, any lost wages constitute a grave economic threat. 1 Economic anxieties are particularly acute in the wake of the COVID-19 pandemic, as farmworkers navigate a high risk of infection amd limited paid sick leave.

Another common threat of retaliation against farmworker women who attempt to report workplace sexual harassment is the threat of deportation and family separation for women, and mothers, who are working without authorization. 2

In the 2012 Human Rights Watch report, Cultivating Fear: The Vulnerability of Immigrant Farmworkers in the US to Sexual Violence and Sexual Harassment, researchers noted: “A woman in New York said that a supervisor, when she picked potatoes and onions, would touch women’s breasts and buttocks. If they tried to resist, he would threaten to call immigration or fire them.”

Farmworker women seeking justice must overcome intersecting systemic barriers that make it all the more difficult to report abuse and harassment. For example, for indigenous farmworker women, accessing resources regarding workplace rights and protections can be difficult if they are not offered in their native language – which they usually are not. 

In our sexual harassment awareness project, Sembrando Respeto y Cosechando Dignidad, we are informing women of their rights, in their native languages, and are actively referring farmworker women to our legal partners who are available to help them navigate reporting sexual harassment without fear of retaliation. 

To learn more about our project addressing workplace harassment, Sembrando Respeto y Cosechando Dignidad, please click this [link].

 

Spanish:

Ana y su esposo llevan cinco años trabajando en la misma granja. Recientemente el marido de Ana ha sufrido un accidente que le ha dejado sin poder trabajar. Ahora, el supervisor de Ana ha empezado a tocarla de formas que la incomodan y a insinuar que él puede “cuidar de ella.” Cuando Ana le pide que pare, el supervisor le informa de que sus horas se reducirán drásticamente hasta que esté dispuesta a cooperar. Ana no sabe qué hacer.

Las represalias son una de las preocupaciones principales de las trabajadoras del campo que sufren acoso sexual. Para personas como Ana, y otras trabajadoras del campo, las represalias pueden diferir de otras profesiones debido a su mayor vulnerabilidad. Las mujeres trabajadoras del campo frecuentemente sufren represalias en forma de reducción de horas de trabajo, peores asignaciones de trabajo o hasta ser despedidas. 

Dado que los ingresos medios de las trabajadoras agrícolas son de sólo 20.000 a 24.999 dólares, cualquier pérdida de salario constituye una grave amenaza económica. 1 Las preocupaciones económicas son particularmente agudas a raíz de la pandemia de COVID-19, ya que los trabajadores agrícolas se enfrentan a un alto riesgo de infección y descanso pagado por enfermedad limitado.

Otra amenaza común que enfrentan las trabajadoras agrícolas que intentan denunciar el acoso sexual en el lugar de trabajo es la de deportación y separación familiar para las mujeres, y las madres, que trabajan sin autorización. 2

En el informe de Human Rights Watch de 2012, “Cultivando el miedo: la vulnerabilidad de las trabajadoras agrícolas inmigrantes en Estados Unidos a la violencia sexual y al acoso sexual,” los investigadores notaron: “Una mujer de Nueva York dijo que un supervisor, mientras ella recogía papas y cebollas, tocaba los pechos y las nalgas de las mujeres. Si intentaban resistirse, las amenazaba con llamar a la migra o despedirlas.”

Las mujeres campesinas que buscan justicia tienen que superar barreras sistémicas que se entrecruzan y que hacen aún más difícil denunciar los abusos y el acoso. Por ejemplo, para las mujeres indígenas trabajadoras del campo, acceder a recursos sobre los derechos y protecciones en el lugar de trabajo puede ser difícil si no se ofrecen en su lengua materna, que no suele ser el caso.

En nuestro proyecto de concienciación sobre el acoso sexual, Sembrando Respeto y Cosechando Dignidad, estamos informando a las mujeres de sus derechos, en sus lenguas nativas, y estamos remitiendo activamente a las mujeres campesinas a nuestros socios legales que están disponibles para ayudarles a navegar el denuncio del acoso sexual sin miedo a represalias. 

Para saber más sobre nuestro proyecto de lucha contra el acoso laboral, Sembrando Respeto y Cosechando Dignidad, haga clic en este [enlace].


1 U.S. Department of Agriculture (USDA). 2017 Census of Agriculture. United States. Summary and State Data. Volume 1,  Geographic Area Series, Part 51. AC-17-A-51. April 2019. Available at: https://www.nass.usda.gov/Publications/AgCensus/2017/Full_Report/Volume_1,_Chapter_1_US/usv1.pdf. 2Findings from the National Agricultural Workers Survey (NAWS) 2019-2020: A Demographic and Employment Profile of  United States Farmworkers. Research Report No. 16. January 2022. (NAWS)
2 Meng, Grace. “Cultivating fear: The vulnerability of immigrant farmworkers in the US to sexual violence and sexual  harassment.” (2012). Human Rights Watch.